miércoles, 21 de septiembre de 2011

"Busco personas catadoras de sueños, capaces de saborear los pequeños placeres que a menudo se nos brindan sin previo anuncio. Renuncio a bichos portadores de máscara..."

Me gusta la gente, pero no cualquier tipo de gente. Prefiero a los dueños de sus sueños. Esas personas poseedoras de una espontaneidad natural sólo comparable con la flaca vergüenza que experimenta un niño que se ríe a carcajadas. Busco personas catadoras de sueños, capaces de saborear los pequeños placeres que a menudo se nos brindan sin previo anuncio. Busco a esas gentes que quieren empaparse de más gentes. Renuncio a bichos portadores de máscara. No comulgo con esos bellos, pero huecos envoltorios caducos. Persigo a quien abriga bondad y sentido de la justicia; aquella persona que no parta en los rincones mas polvorientos de su ser su fibra más sensible; las personas que contemplan la vida con tal ilusión que no tiene cabida en recipientes infinitos; aquellas capaces de escuchar y promulgarse en el latido oportuno; aquellas almas que con tintero y pluma escriben su historia: las que alimentan su espíritu con músicas celestiales; aquellos aprendices del mundo que se embarcan en proyectos venturosos; los seguros, pero humildes ante sí mismos; los que no miden la grandeza de las personas con metro en mano. Ese es el tipo de personas que quiero en mi vida.